Seguro que muchos habéis visto ya esta imagen, pero de vez en cuando está bien recordar la cantidad de cosas que tenemos al alcance de nuestra mano para relajarnos…
Darse un baño. Encender una vela. Aprender algo nuevo.
Escuchar un ejercicio de relajación. Leer un libro.
Descansar las piernas en una pared. Escuchar música.
Hacer la siesta. Exhalar un suspiro. Ver el mar.
Planear un viaje. Volar una cometa.
Observar las estrellas. Escribir una carta. Observar las nubes.
Sentarse en la naturaleza. Moverse dos veces más lento.
Llamar a un amigo. Caminar por la ciudad.
Comprar flores. Oler un aroma relajante.
Hacer respiraciones profundas. Meditar. Escribir un diario.
Cuidar tu cuerpo. Salir de excursión. Comer en silencio.
Salir a correr. Pasear en bicicleta.
Tomar bebidas relajantes. Apreciar el arte.
Observar un objeto común con nuevos ojos.
Apagar todos los aparatos electrónicos. Visitar un parque.
Acariciar una mascota. Leer o ver algo divertido. Perdonar a alguien.
Visitar una feria agrícola. Conducir hacia un lugar nuevo.
Pintar. Tocar música. Trepar un árbol.
Soltar, dejar ir algo. Participar en obras de bien social.
Agradecer. Poner música y bailar. Leer poesía.
Escribir un poema.
Pintar sobre una superficie que no sea papel.
Hacer estiramientos.