¡Buenos días! Hace unas semanas publicamos en el blog «La parábola de las mochilas» lo podéis ver en aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero. En ella aprendemos que las ofensas y agravios de los demás, deben quedarse atrás, no deben «pesarnos» para seguir nuestro camino.
¿Os afectan los comentarios de los demás? ¿Hasta qué punto? Lo mejor de las críticas, si son constructivas, es que podemos aprender, rectificar, cambiar de sentido, OLVIDARLAS y seguir, más fuertes si cabe y con más conocimiento. Sí, continuar sin ellas, una vez hayamos sacado lo bueno, lo demás se queda en el camino, ya no interesa. Y por supuesto, las críticas destructivas, ni caso, ¡a borrarlas enseguida!
Un campesino, poseía algunos caballos para que lo ayudasen en los trabajos de su granja.
Un día, uno de sus empleados le comunicó que uno de los caballos había caído en un viejo pozo. Como el pozo era muy profundo, era muy difícil sacar al caballo de allí. Afortunadamente el caballo estaba bien pero el campesino, revisando la situación, se dio cuenta que iba a ser muy difícil y muy costoso sacar al animal del pozo. Así que tuvo que tomar una dificil decisión: sacrificar al animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo.
Los empleados empezaron a lanzar tierra dentro del pozo pero, a medida que la tierra caía sobre el caballo, éste se sacudía, se quitaba la tierra y ésta se iba acumulando en el fondo, de tal manera que le permitía al caballo ir subiendo sobre la misma. Los hombres se dieron cuenta de la resistencia del caballo y, como persistente y tenaz, con gran esfuerzo y mucho trabajo, el caballo iba subiendo sobre la tierra hasta que logró salir del pozo.
Cuando nos sintamos poco valorados, incomprendidos, nos falte apoyo y nos hagan sentir que no tenemos oportunidades para alcanzar nuestros sueños, no aceptemos esa negatividad, la sacudimos y la utilizamos para subir más alto.
«Nadie puede hacer que te sientas inferior si tú no se lo permites»