¡Buenos días! Vamos con un cuento para reflexionar…
Una vez un mendigo que estaba sentado en las calles pidiendo limosna vio, a lo lejos, venir al rey. Entonces pensó: «Le voy a pedir, él es un buen hombre, seguro que me da algo».
Cuando el rey pasó cerca, le dijo:
– Majestad, ¿me podría, por favor, regalar una moneda?
El rey le miró y, para su sorpresa, le respondió:
– ¿Y tú que me darás? ¿Acaso no soy yo tu rey?
El mendigo, que no sabía que responder, dijo:
– ¡Pero, Majestad…yo no tengo nada!.
El rey contestó:
– Algo debes tener en tu bolsa… ¡Busca!.
Entre asombro y algo enfadado, el mendigo buscó entre sus cosas y vio que tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz. Pensó que dárselo todo era demasiado, así que sólo le ofreció 5 granos de arroz.
Complacido, el rey dijo:
– ¡Ves como sí tenías! – Y le dio 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz.
El mendigo, viendo que aquello era un buen negocio, dijo entonces:
– Majestad… creo que por aquí tengo otras cosas…
Pero el rey lo miró fijamente a los ojos y, con dulzura, le comentó:
– Solamente te puedo corresponder a lo que me has dado de corazón.
¿Cuántas veces hemos actuado pensando en lo que íbamos a recibir a cambio? Pensemos que en la vida la mayor felicidad vendrá de lo que hagamos movidos por el corazón, con sinceridad, sin pretender ser recompensados. 🙂
“Dichosos los que pueden dar sin recordar y recibir sin olvidar.” Anónimo
Son reflexiones muy positivas, ahora que se han perdido los valores, tanto en los niños, jóvenes y porque no decirlo en personas mayores. Nadie esta por nadie, de estas reflexiones se debe enseñar en todo el ámbito educacional. Felicidades de todo corazón a las personas que escriben estas hermosas anécdotas. Dios lo bendiga en todo lo que hagan.