¡Buenos días! Comenzamos la semana compartiendo la fábula de la familia y el burro, ¿la conocéis?
Había una vez un matrimonio, con un hijo de 12 años y un burro, que decidieron viajar para conocer mundo.
Al llegar al primer pueblo, la gente murmuró:
– Mira ese chico… él encima del burro y los pobres padres caminando…
Entonces la mujer le dijo a su marido:
– No dejemos que hablen mal de nuestro hijo. Ve tú en el burro.
El esposo lo bajó y se subió él. Pero al pasar por el segundo pueblo, la gente comentaba:
– Vaya sinvergüenza ese tipo, deja que su hijo y su mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima.
Entonces decidieron que sería la mujer quien fuera a lomos del burro. Al pasar por el tercer pueblo, oyeron a la gente decir:
– Pobre hombre, después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro…
Así que se pusieron de acuerdo y decidieron subir los tres al burro, a ver si así dejaban de criticarlos. Pero al llegar al pueblo siguiente, les tacharon de maltratadores:
– ¡Qué barbaridad! ¡Cuánto peso tiene que soportar el pobre burro!
Muy afectados decidieron ir los tres andando. Y de piedra se quedaron al oír voces burlándose de ellos:
– Mirad a esos tres. Van caminando, cuando tienen un burro que podrían llevarlos.
Y así comprendieron que, hicieran lo que hicieran, siempre habría alguien que les juzgaría, les criticaría y hablaría mal de ellos.
Por mucho que nos esforcemos no podemos gustar a todo el mundo, dejemos de preocuparnos por lo que los demás digan de nosotros y actuemos según nos guíe nuestro corazón y nuestro pensamiento, sin esperar la aprobación de nadie.
Si buscamos el reconocimiento y la aprobación de los demás estamos dejando en sus manos nuestra propia felicidad. Siempre habrá alguien que nos criticará así que tratemos de hacer siempre lo que nos haga felices. 🙂