¡Buenos días! Empezamos el lunes con esta bonita historia, ¡que paséis una feliz semana!
Se encontraba un hombre pobre, pero muy sabio, trabajando en el campo cuando se le acercó su hijo, muy preocupado, diciéndole:
– ¡Qué desgracia, padre, se nos ha escapado el caballo!
El hombre, sin dejar de trabajar le dijo a su hijo:
– ¿Por qué es un desgracia? Veremos qué sucede…
Pasaron lo días y el caballo regresó, no lo hizo sólo, venía acompañado de otro. El hijo muy contento le dijo a su padre:
– ¡Qué suerte! ¡Ahora tenemos dos caballos!
– ¿Por qué crees que es una suerte?- respondió el hombre sabio- veremos que sucede…
El chico, sin entender qué le decía su padre, quiso montar el nuevo caballo. Pero éste al no estar acostumbrado a llevar jinete, lo tiró al suelo rompiéndole una pierna.
– Padre, ¡qué desgracia! me he roto una pierna- dijo entre sollozos
– No te preocupes, veremos qué sucede…
A los pocos días pasaron por el pueblo soldados enviados por el rey para reclutar tropas y, al verlo con una pierna rota, lo dejaron en casa. Entonces el joven lo entendió todo.
Nada es absoluto, lo que hoy nos parece malo puede convertirse en bueno con el tiempo. Siempre hay que confiar que todo lo que nos sucede en nuestras vidas tiene un fin positivo. 🙂